domingo, 21 de octubre de 2012

¿Y DESPUÉS DEL 7 DE OCTUBRE, QUÉ?

A Manera de Reflexión....


Por Albeniz Meléndez

                                                                                                              La tarea que nos espera ahora es convertir la derrota en victoria, es decir, tratar de conservar lo que más se pueda de los 6.5 millones de votos obtenidos y capitalizar otro tanto que nos permita ganar gobernaciones, alcaldías y curules en los parlamentos locales. Pero primero debemos intentar comprender por qué tanta emoción vista, sentida, compartida, y que nos llenó de tanta esperanza, no se convirtió en la realidad que tanto necesita el país.

Henrique Capriles resultó ser un buen candidato, podríamos decir que se convirtió en una especie de “Candidato Vinotinto” que caló en todos los rincones del país e hizo emerger una esperanza tal, que nos permitió pensar “por fin salimos de esta pesadilla”.

La Mesa de la Unidad hizo un gran trabajo, puso en concordancia lo que por naturaleza es discordante por sus ideas e intereses: las organizaciones políticas y sus dirigentes. Ofreció un concepto, La Unidad, que si bien su significado desde el punto de vista semántico fue desde el principio comprendido, es posible que su significado de uso, de carácter pragmático, no fue totalmente asimilado; de allí que no tuviésemos una tarjeta única, y que de acuerdo con la conducta de algunos dirigentes regionales y/o locales, en muchos sectores de la población se pensara o se comentara que “la unidad no existe”. Quizás Capriles logró capturar ese pragmatismo y de allí surgió la esperanza cierta, aunque posiblemente faltó un poquito de Fuenteovejuna.

 Pensando en positivo, vale decir que:
  •  La MUD cumplió: ofreció al país un candidato presidencial escogido por el país mismo y le brindó la plataforma para una propuesta de gobierno consensuada.
  • La Comisión Electoral cumplió: desarrolló y llevó a feliz término un proceso electoral limpio, transparente, equilibrado y fiel a sus principios; digno ejemplo a seguir, especialmente por el CNE.
  • Henrique Capriles cumplió: sensibilizó al pueblo, especialmente a ancianos, mujeres y jóvenes; su discurso fue sencillo, no fue de “político pico´e plata” sino de “político popular”, cercano a la gente; se comprometió con la solución de los problemas reales y típicos de cada pueblo que visitó; no ofendió, por el contrario, trató de unir a todos los venezolanos, abrió un camino con la esperanza de un país posible de enrumbar hacia el progreso; ciertamente fue nuestro “Candidato Vinotinto”, un excelente candidato.
Entonces nos preguntamos: ¿por qué no ganamos?, ¿lo de las marchas y concentraciones no era real?, ¿Hubo fraude y el sistema electoral no es confiable?
La dirigencia política nacional y sus representantes en la MUD, gozan de mi sincero y mayor respeto, igualmente mi consideración para con los dirigentes regionales y locales, por lo tanto no voy a pretender ser un erudito en política que quiere hacerles ver lo que no han visto, no, solo quiero hacer visibles algunas de mis reflexiones para desahogar mi angustia, pero sin perder la esperanza por recuperar los espacios perdidos. En tal sentido, vale comentar lo siguiente:

La inmensa mayoría de las personas que fueron a las marchas y concentraciones votó y lo hizo por Capriles, el casa por casa funcionó, la emoción fue más que una realidad, fue una esperanza, de allí los 6.5 millones de votos.El fraude electoral mientras no se demuestre, no existe. El verdadero fraude está en las instituciones del Estado y su conducta; pero ese tema sí se lo dejo a los eruditos y a las mesas de análisis que deben promoverse.

El mensaje de Capriles no llegó más allá de los 6.5 millones de votos, porque el mismo fue “bloqueado” perversamente por el gobierno, fundamentalmente a través de los medios y su discurso. Mientras Capriles estaba en un sitio, en una concentración, dando su mensaje de compromiso, en vivo y con propuestas reales, el gobierno estaba en todo el país, a través de VTV, de las radios comunales y otros medios, diciendo que la oferta de Capriles era falsa, neoliberal, etc.; mientras Capriles y los activistas llevaban un mensaje en actividad puntual, a las comunidades urbanas, barriadas y sectores campesinos, el gobierno mantuvo un mensaje de descrédito permanente, mal intencionado y efectivo. Consideremos un ejemplo sencillo: “la esposa feliz, fiel y enamorada, despide todos los días con todo cariño al esposo que también enamorado y con el deseo de regresar al final de la jornada, sale a trabajar o tratar de resolver su subsistencia, pero una o varias personas se encargan de sembrarle la duda y, aunque sin justificación le dicen: ella no te quiere, ella te es infiel, etc., ¿qué creen que pasará al final? Pues esa es la perversidad de este gobierno y del candidato-jefe, que, incapaz de ofrecer bienestar y solución a los problemas del país e incapaz de generar progreso, descalifica a un adversario que le supera en todos los sentidos, sobre todo en calidad humana y gerencial. Creo ese es uno de los factores que impidieron ir más allá de los 6.5 M de votos; al menos es mi punto de vista.

Pero ya eso pasó, perdimos las presidenciales y no debemos quedarnos sumergidos en la derrota; como se ha dicho mucho últimamente, ahora nos corresponde convertir la derrota en victoria, pero, ¿cómo?
Quizás no es sencillo conseguir soluciones ante tanto desequilibrio y abusos por parte del gobierno, pero algo hay que hacer. Por ejemplo:

  • Es necesario “desbloquear” nuestro mensaje; es decir, hacer que llegue a todos los rincones y permanezca ahí, que no sea efímero, circunstancial, puntual, sino que sea residente de cada comunidad, independientemente del estrato social. Bajo las actuales circunstancias, una vía es a través de los dirigentes locales, de cada comunidad. Mientras el gobierno descalifica masivamente por VTV y Radios Comunales, nuestros dirigentes de células hacen el contrapeso, comparan en vivo y sacan los balances positivos hacia nuestra oferta. Son los dirigentes de la cuadra, de la manzana, de la comunidad, que pueden hacer ese trabajo. Algo así como potenciar lo que alguna vez se llamó dirigente de cuadra, comité local, etc.
  • Los candidatos a Alcalde son los pilares fundamentales para soportar las candidaturas de los Gobernadores y Diputados, son ellos quienes deben estar más cerca de sus comunidades y, por supuesto, quienes deben conocer más de cerca a esos dirigentes de las bases populares.
  • Debe haber una integración de potencialidades y esfuerzos de las diferentes candidaturas; candidatos a Alcalde, Diputados y Gobernadores deben ir en un solo bloque y con discurso único. El candidato a Alcalde capitaliza la voluntad de los electores municipales y le sirve de enlace al candidato a Gobernador, quien debe fungir como el líder regional mientras que el candidato a Diputado sirve de apoyo a toda esa estructura, por lo tanto debe contar con el apoyo, respeto, credibilidad y confianza del electorado, tanto de los circuitos como de la región en general. 
  • Durante el proceso de preparación y realización de las elecciones primarias, mantuvimos un mensaje a los precandidatos a Gobernador y Alcaldes, centrado en que al final del proceso habría que “construirle un liderazgo” a los ganadores, porque habiendo varias opciones, ningún vencedor capitalizaría la voluntad de todo, ni siquiera de la mayoría del electorado; por lo tanto, era necesario e indispensable que todos, vencedores y vencidos, unieran esfuerzos para buscar el éxito el 7 de octubre. En este sentido y a título de ejemplo, podemos asegurar que en Guárico esto no se logró, al menos en la inmensa mayoría de los casos  
  • En lo que respecta a las próximas elecciones parlamentarias, aclarando y ratificando nuestro respeto tanto por las organizaciones políticas como por los candidatos propuestos al parlamento regional, de cuyos méritos no vamos a dudar, sí creemos que haciendo uso de las viejas prácticas para la escogencia de estos candidatos, se ha aplicado la metodología de satisfacer la “cuotas” de los partidos; de allí que de la ciudad capital, fundamentalmente, se envíen candidatos a otros municipios, sin tomar en cuenta el nivel de aceptación que puedan tener en esas comunidades, y menos aun se tomó en cuenta quienes, propios de allí, tienen méritos para ser candidatos, porque gozan del respeto y/o tienen alguna ascendencia sobre su entorno electoral, independientemente que sean dirigentes gremiales, académicos, incluso políticos, etc. Veamos como ejemplo y sin ánimos de crear compromisos, solo para graficar lo antes dicho: la familia Sosa Montoya de Calabozo ha sido maltratada por este gobierno, desde la gestión de William Lara, fueron despojados de sus tierras y ganado, medio de sustento de la familia durante unos 40 años. La Sra. Jeannette Montoya de Sosa, fue Vicepresidente de la Junta Electoral de Primarias en Guárico y se ha mantenido activa en el Comando Venezuela con funciones específicas. Cabe preguntarse: ¿fue ella considerada como una opción? ¿tendrá méritos Jeannette para ser diputada? ¿querrá ella serlo? ¿ante una eventual candidatura de ella por su circuito natural o por la lista, sería rechazada por los electores?. 
  • Lo mismo podría ocurrir con algunos de los precandidatos a Alcalde, habría que preguntarse si la eventual candidatura de algunos de ellos sería más atractiva que las de los candidatos enviados. No ponemos en duda los méritos y el derecho que puedan tener los nominados, pero tampoco debe dudarse sobre la necesidad y conveniencia de mejorar la metodología de selección, de manera que la oferta nos acerque lo más posible a las opciones de triunfo, porque podría ser una vía para robustecer el liderazgo de nuestros candidatos y mancomunar esfuerzos con el objetivo común de recuperar espacios conducentes al triunfo electoral. 
  •  En cuanto al evento electoral en sí, hay que hacer mejoras sustanciales en la llamada Operación Progreso, Operación Galope de otros tiempos. Los técnicos electorales saben qué hacer al respecto; es en las urnas y mesas electorales donde se ganan las elecciones.
En las competencias deportivas suele decirse “que gane el mejor”, ¿acaso no podemos ser mejores que los que nos gobiernan y los que aspiran continuar? No será tarea fácil pero el país exige nuestro esfuerzo para buscar la vía que nos lleve a salir de esta mediocridad de gobierno, que con acciones y criterios perversos destruye todo lo que se pone a su alcance: instituciones del Estado o privadas, recursos humanos y materiales, y un valor tan preciado como la moral de un pueblo y sus ciudadanos.

* Albéniz A. Meléndez es Ingeniero electricista y profesor de la Universidad Rómulo Gallegos. Con trayectoria en la gestion publica y la politica,tambien es deportista y músico.

lunes, 8 de octubre de 2012

TENDER PUENTES por Máximo Alberto Rangel

Anoche, después de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales, y luego del gallardo reconocimiento de los mismos, por parte del candidato de la oposición, pude escuchar de algunas bocas el llamado a “tender puentes” de entendimiento y acuerdos entre oficialismo y oposición para poder construir una nueva, mejor y más grande Venezuela. Tengo familiares y amigos muy queridos en ambos sectores: Vínculos muy estrechos nacidos, por cierto, muchísimos años antes de que surgieran en el panorama político nacional, las dos tendencias que hoy dominan dicho escenario. Mucho antes, quiero insistir, de que vinieran a este mundo los dos grandes líderes de dichos sectores, y por ende, sus respectivos movimientos. ¿Quién me quita a mí el derecho y la decisión de seguir disfrutando de la amistad y cariño arriba mencionados?...Se dice que es bueno hacer nuevos amigos, los cuales valen planta, pero conservando a los viejos pues estos valen oro….Y yo no estoy dispuesto a perder ese tesoro, aunque algunos de ellos, libremente decidan en forma contraria. Voté por Henrique Capriles Radonsky, y lo seguiré apoyando, moralmente al menos (por mis limitaciones de salud), en la consolidación del Nuevo Camino para nuestro país. Camino que exige, me hago eco de esa vocería, “tender puentes”. Ahora bien, un puente une dos extremos, y no es un sitio para permanecer en él, sino para ir de un lado a otro. Escuchaba anoche, en entrevista para CNN, a un Juan Barreto “redivivo” (¿lo recuerdan?) mencionando como vocero de su movimiento REDES, algunos logros en zonas populares, pero también que al chavismo (o a su líder) le hace falta corregir o reorientar algunos aspectos de su política para poder asentar a futuro la “revolución”. Minutos más tarde, el presidente reelecto, o con intenciones de eternizarse en el poder, en su saludo al “pueblo” (a la mitad del mismo, pues como dijo el candidato opositor, el presidente debe tomar en cuenta y respetar a la otra mitad que no está de acuerdo con él), invitaba a la oposición a un diálogo (no recuerdo si utilizó ese término) para “unirse” a su proyecto revolucionario. Aquí hay una piedra de tranca: Dialogar implica —de parte y parte— aceptar lo positivo de cada uno y respetar las diferencias insalvables, para poder “establecer puentes” y llegar en este caso, a acuerdos sobre asuntos que pudieran resolverse más efectivamente, si se atacaran en común. Esto, nada fácil en un país tan polarizado, es diferente a decirle a los oponentes que vengan a apoyar “mi” sistema, “mi ideología” y “mi plan de gobierno”… Gallardo fue, repito, el reconocimiento de Capriles, propio de un líder emergente de su estatura moral. Tiene que haberle costado aceptar desde el fondo de su corazón la decisión del pueblo, en una forma honesta y sincera, y no como la de algunos dirigentes revolucionarios que dicen escuchar al pueblo , después de manipularlo y casi soplarle a la gente en el oído (mejor, en la conciencia) lo que tiene que decir, para luego afirmar que el pueblo habló y, por lo tanto hay que escucharlo, porque “la voz del pueblo (?) es la voz de Dios”. Se ha sembrado un camino que, con los “puentes” o los entendimientos necesarios, sin claudicaciones traicioneras, tendremos desde hoy mismo que seguir abonando para una Venezuela mejor…porque ni el Socialismo del Siglo XXI, ni ningún otro sistema, ni sus líderes son eternos, a menos que queramos negar la capacidad del ser humano de evolucionar permanentemente hacia nuevos, más frescos y mejores horizontes. … O a menos que un sector de la población siga pregonando que Venezuela es de todos, entendiéndose por tales, aquellos que piensen “como nosotros”…